En el hemisferio norte, el otoño es una época de agradecimiento por las cosechas y de celebración por los frutos que ofrece la tierra antes del invierno. En países como Estados Unidos y Canadá se celebra el Día de Acción de Gracias, donde las familias se reúnen para compartir alimentos típicos como el maíz y la calabaza. Estas fiestas recuerdan la importancia de valorar la naturaleza y de dar gracias por los alimentos que nos brinda.
En cambio, en el hemisferio sur, las fiestas relacionadas con la cosecha se celebran en marzo, abril y mayo, cuando allí es otoño. En los Andes, los pueblos originarios como los quechuas y aymaras realizan la Fiesta de la Cosecha o rinden homenaje a la Pachamama (Madre Tierra), ofreciendo productos como el maíz, la papa o la calabaza. Es una manera de agradecer a la tierra por su generosidad y pedirle que las próximas cosechas sean abundantes.
Tanto en el norte como en el sur, el maíz y la calabaza son símbolos de vida, alimento y abundancia. Representan el esfuerzo de las personas que cultivan la tierra y la relación de respeto entre los seres humanos y la naturaleza. En esta estación, también los animales participan en los cambios del entorno: las ardillas recogen bellotas, los erizos buscan refugio, y las aves migran hacia lugares más cálidos. Todos ellos forman parte del equilibrio natural que el otoño nos enseña a observar y cuidar.